La 53ª Conferencia de los Soberanos Grandes Comendadores de Europa y países asociados se celebró en Berlín los días 24 a 26 próximos pasados. Se reunieron 36 delegaciones de Supremos Consejos estando la mayoría de ellas presidida por sus respectivos SS.·.GG.·.CC.·.
Todas las sesiones plenarias de la Conferencia, así como los trabajos rituales, con ceremonias en grados 13º y 14º, se celebraron en el Hotel “Palace” Es de justicia felicitar y agradecer a los organizadores el esfuerzo que realizaron para conseguir una perfecta coordinación y armonización de trabajos en comités, sesiones plenarias y actos sociales.
Con motivo de la Conferencia se realizó un acto de homenaje a Federico II “El Grande” (1712-1786) en el cual el S.·.G.·.C.·. Eberhard Desch, 33º pronunció un documentado y sentido discurso, depositando a continuación sobre la lápida sepulcral un ramo con tres rosas. Curiosa anécdota fue que sobre la lápida había previamente varias patatas con banderas de España, en una de las cuales se había escrito “Valencia”
A Federico II se le conoce a veces como “El rey de las patatas” porque introdujo en Prusia su cultivo y consumo. Un adecuado medio para acabar con las “hambrunas” pues se destinaron en años de abundancia para el consumo por los animales domésticos y en los de escasez como alimento humano. Las patatas, originarias de regiones andinas, fueron enviadas por Felipe II como regalo (rareza botánica) al papa Julio II al que le parecieron trufas o “tartuffoli”. Al extenderse su uso por Europa, en Alemania se las denominó “tartoffel” de donde deriva la actual palabra “patata”, en alemán “kartoffel”
La tumba de Federico II está en los jardines del palacio que él se hizo construir en Postdam para pasar los veranos “sin preocupaciones”. El palacio de “Sans Souci”. Idea que años después el compositor austríaco Josef Strauss (1827-1870) utilizó para dar título a su Polka “Ohne Sorge” (“Sin preocupación”)
En los jardines del palacio de “Sans Souci” hay detalles ornamentales muy refinados y viñedos dispuestos en seis bancales escalonados; el séptimo es el del propio palacio.
El día de la visita a Postdam el sol lució esplendorosamente, para general satisfacción.