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ZENIT Nº 46
PRIMAVERA 2017: Revista del Supremo Consejo del Grado 33 y último del R.•.E.•.A.•.A.•. para España
Eduardo Asquerino, diputado en Cortes y Se- A su vista todos aparecen iguales, y la impar-
nador, le dedicó estas palabras: cialidad con que se observen las reglas que
“Aunque tu aliento a su rigor sucumba, te hi- prescribe será siempre el verdadero criterio
cieron inmortal gloriosos hechos, flores han de para conocer si hay o no libertad civil en un
sobrar sobre tu tumba, mientras respiren libera- Estado.
les pechos”. Libertad de prensa
Entre los muchos dictados que proporcionó Como nada contribuye más directamente a
resaltamos, además de la “Lectura del Discur- la ilustración y adelantamiento general de las
so Preliminar de la Constitución”, los siguien- naciones y a la conservación de su indepen-
tes en los que batalló hasta el final de sus días: dencia que la libertad de publicar todas las
ideas y pensamientos que puedan ser útiles y
Esclavitud beneficiosos a los súbditos de un estado, la li-
bertad de imprenta, verdadero vehículo de las
Infame tráfico, opuesto a la pureza y liberali- luces, debe formar parte de la ley fundamen-
dad de la nación española. Comerciar con la tal de la Monarquía, si los españoles desean
sangre de nuestros hermanos es horrendo, es sinceramente ser libres y dichosos.
atroz, es inhumano.
Igualdad ante la ley Supresión de tortura
La ley ha de ser una para todos y en su apli- No pudiendo subsistir en vigor en el código
cación no ha de haber acepción de personas. criminal de España ninguna ley que repugne
De todas las instituciones humanas, ninguna a los sentimientos de humanidad y dulzura
es más sublime ni más digna de admiración que son tan propios de una nación grande y
que la que limita en los hombres la libertad generosa, sin ofender la libertad y religiosidad
natural. de los principios que ha proclamado desde
su feliz instalación el Congreso Nacional, pido
que declaren abolida las Cortes la tortura, y
que todas las leyes que hablan de esta mane-
ra de prueba tan bárbara y cruel como falible
y contraria al objeto de su promulgación, que-
den derogadas.
Separación Iglesia – Estado
Es imposible que haya paz en las naciones
mientras se pretenda que la religión deba de
influir en la forma de gobierno que aquellas
adopten, o lo que es lo mismo, que la iglesia
sea la que forme constituciones temporales
Supremo Consejo del Grado 33 y Último del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para España 17